La mirada siempre al frente.

viernes, 27 de marzo de 2015

''Dejar ir a la gente si es lo que necesitan. Hacer lo que más le conviene a otro, incluso si te rompe, es el verdadero significado de querer a alguien. Perdona a los que piden disculpas de manera sincera. Perdónales de verdad. Os ayudará a ambos. No todo el mundo se merece una segunda oportunidad. Aprende en quien puedes volver a confiar y de quien no tienes que volver a saber. No hagas deporte. Haz ejercicio. Hay que saber la diferencia entre castigar a tu cuerpo por no ser lo que la sociedad estima correcto y hacer algo que te gusta que implica que te muevas un poco. No dejes de comer. Comer no es un pecado y no se debería asociar con culpabilidad o egoísmo. No te arrepientas de las decisiones que has tomado. Eran exactamente lo que querías en ese momento y la decisión que tomaste no habría sido otra. Si salió mal, utiliza la experiencia para aprender de tus errores, seguir adelante y no volverlos a cometer. Sé abierto y honesto, siempre. Comunicar lo que estás sintiendo a otras personas. Te hace parecer fuerte , no débil , y hará que tus relaciones sean más profundas y más sólidas. Escribe cartas a los que se lo merecen. Escribe cartas de amor. Escribe cartas de agradecimiento. No dudes que serán atesoradas. Lee mucho. Ten un libro siempre al lado de tu cama. Expandirá tu imaginación, te enseñará cosas nuevas y será un lugar al que puedas escapar cuando la vida se complique. Escucha a los que están tristes, escúchales de verdad. Haz un esfuerzo por entenderlas y empatizar con lo que están sintiendo. Ayúdales como a ti te gustaría que te ayudasen. Respeta a tu cuerpo. Responde a lo que te dice, siempre. Si necesita combustible, come. Si está cansado, descansa. Aprecia a tu cuerpo porque te mantiene vivo, incluso cuando lo tratas como el enemigo. Si quieres a alguien, díselo. Puede que no consigas otra oportunidad, y jamás deberías vivir rodeado de ''a lo mejores''. Defiéndete y defiende a los demás. No seas de los que se quedan callados ante las injusticias. Viaja siempre que puedas. Es importante, emocionante, liberador. Explorar el mundo tiene un valor incalculable. Vive por ti mismo. Aprendí a decir ''sí'' y aprende también a decir ''no''. Y nunca jamás olvides que eres valioso. Elimina de tu vida a las personas que no te aprecian, y mantén cerca a las que sí que ven de lo que eres capaz.''

- M. Mora
Nos pasamos la vida pensando que si encontramos a esa persona con la que nos olvidamos de los problemas todo será mejor, pero la verdad es que no es cierto. Quizás unos problemas sí que los olvidemos, pero entonces aparecen otros con esa persona con la que se supone que todo tiene que ser perfecto, por lo menos cuando eres pequeño y te cuentan esas historias en las que dos personas se enamoran, siempre te dicen lo mismo '' y comieron perdices y fueron felices para siempre'', pero en realidad no nos cuentan lo que pasa cuando el narrador se va. Buscamos a esa persona con la que compartir nuestra vida, pasan los días y te das cuenta de que cada día que pasa te enganchas un poco más, y cuando te das cuenta, es demasiado tarde, tu felicidad ya depende de esa persona, y eso es en cierto modo un error que todos cometemos. He leído que cuando encuentras a esa persona especial, lo que se siente no es felicidad, es tranquilidad, y puede que sea verdad. Esa tranquilidad de saber que siempre que te caigas habrá alguien para recogerte, que cuando necesites ayuda tendrás una mano con la que contar, tranquilidad de saber que nunca más volverás a estar sola. Pero el problema empieza cuando esa tranquilidad empieza a dar paso al nerviosismo de no saber qué es lo que está fallando. Cuando la tranquilidad se va y empiezas a pensar en qué momento exacto empezó todo a cambiar. Cuando tu tranquilidad se va, coge de la mano a la felicidad que sentías estando con esa persona y se van sin avisar ni decir cuando volverán. Es entonces cuando empieza el tormento de culpabilizarte, de no dejar de pensar qué habría pasado si en vez de hacer esto, hubiera hecho eso... empiezas a plantearte muchas cosas, y la cabeza no está quieta, piensas en cómo era todo antes de que esa persona llegara a tu vida. Sabes que no cambiarías por nada los momentos con esa persona, pero te mata la idea de que todo se haya esfumado tan rápido como esa persona llegó a tu vida. Es entonces cuando te das cuenta de que el amor no es el cuento de hadas bonito que te contaban de pequeña. Es cuando ves que seguramente a cenicienta no le fue tan bien con el príncipe, cuando a lo mejor blancanieves decidió separarse de su amado por que no podían dejar de discutir...

viernes, 6 de marzo de 2015

Los finales que nunca quieres pensar que tendrás.

Soñamos con una relación que dure para toda la vida, pero todo termina, antes o después las personas cambian y sus caminos se separan.
En nuestro caso han sido muchos los factores que han llevado a esa decisión, me habría gustado luchar más por esto que tan especial era para mí. Pero desgraciadamente tengo muchos más fallos que virtudes, y lo reconozco, no tengo un carácter que se aguante fácilmente. Me quedo con los recuerdos, todos esos momentos vividos junto a él, que aunque ahora duela pensar en ellos, llegará el día que no duela pensar en ello. Sobre él no tengo ni una mala palabra, se ha portado conmigo como nadie lo a hecho nunca, él y su familia me acogieron en uno de los momentos más duros de mi vida y eso no lo olvidaré nunca. Él es una persona increíble de verdad, es buena persona, es amable, es inteligente, es humilde, es todo eso y mucho más, tiene pequeños defectos, pero el conjunto es impresionante. Tengo una cosa muy clara y es que aunque todo haya terminado, no me gustaría perderle, quiero que de una forma u otra forme parte de mi vida, aunque eso no depende de mí. Me arrepiento de todas las veces que le fallé, y de todo lo que tuvo que pasar por mi culpa, porque no se lo merecía. Me ha dado los mejores recuerdos que tengo, me ha dado cariño en el momento que más lo necesitaba y me apoyó cuando nadie lo hacía. Me faltarán vidas para agraderle todo lo que hizo por mí. Que le quiero eso lo tengo clarísimo, que para mí es una persona super importante también, pero tengo que empezar a hacerme a la idea de que ya no volverá a abrazarme, de que ya no me hará reír con sus tonterías, de que ya no habrán más planes juntos, de que nuestros caminos deben separarse, aunque suponga perderme a mi misma en el intento. No quería pensar en el final de esto, pero en el fondo sé que ha sido por mi culpa, ya que no he sabido corregir mis errores a tiempo. Ahora mismo siento que mi vida se desmorona y no he sabido hacer nada por evitarlo, aunque yo sola me lo haya ganado a pulso. Estoy muy orgullosa de haber podido conocer a una persona como él. Aunque hayamos tenido momentos malos, quiero pensar que he conseguido alguna vez, por pequeña que sea hacerle tan solo un poco feliz. De nada sirve lamentarse, esto ya no tiene vuelta atrás. Va a ser difícil pasar página, lo sé, por que aún le quiero, pero quiero por encima de mi felicidad la suya, por que se la merece, y conmigo al final no la ha encontrado. Espero que algún día pueda perdonar todos mis errores, y que sepa que en ningún momento le hice daño a propósito. No sé qué mas puedo decir, ni siquiera me atrevo a releer lo que he escrito, por que sé que me pondré a llorar y no quiero, así que mejor será dejarlo aquí...

miércoles, 4 de marzo de 2015

¿Cuántas ideas diferentes se nos pasan por la cabeza a lo largo de un día?
¿Cuántas veces te sientes sola?
¿Cuánta gente se preocupa realmente por ti?
¿Por qué las personas desaparecen y no puedes hacer nada?
¿Cuántas lágrimas han caído por tus mejillas a lo largo del tiempo?
¿Cuántas sonrisas has compartido en toda tu vida?
¿Cuántas veces te has preguntado si todo lo que das a los demás es recíproco?
¿Cuántas veces has caído y pensabas que no podrías levantarte, pero al final lo has conseguido?
¿Cuántas veces la música ha sido tu único consuelo?
¿Cuántas veces has necesitado un abrazo sin pedir explicaciones?
¿Cuántas veces te has compadecido de ti misma?
¿Cuántas veces has jurado no volver a llorar y no has podido controlarlo?
¿Por qué nunca nos paramos a responder nuestras propias preguntas?
¿Quién decide los caminos que eliges?
¿Por qué nunca has sabido expresarte cuando lo has necesitado?
¿Crees que alguien puede llegar a quererte tal y como eres?
¿Por qué perdiste las ganas de comerte el mundo?
¿Cuál es tu límite?